Con los años había logrado reunir un equipo de primera calidad. Recorría infinidad de negocios en busca de anzuelos, boyas y señuelos que iban nutriendo su colección.
Calma. Quietud. Control.
En las noches de invierno, cobijado por la luz de la luna y con los sentidos adormecidos por el silencio de la laguna, él podía afirmar sin temor a equivocarse, que allí lograba encontrar su momento de paz…
Cayó de rodillas. Intentaba con desesperación detener la sangre que salía a borbotones del cuello. El filo de la tanza lo cortó a la altura de la garganta.
Descubrió dos pares de ojos dibujados en la oscuridad. Agazapados, como fieras a punto de saltar sobre la presa.
Después de tantos años de vivir bajo su estricto dominio, no imaginó que tuvieran las agallas suficientes como para desafiarlo.
De ella podía llegar a sospecharlo. Su hija, fue la mayor sorpresa.
Era la niña de sus ojos. La que aceptaba sin rechazo, cada una de sus exigencias. La que se ocultaba, cuando él arreglaba a su manera las cuentas pendientes que tenía con su mujer. La que hacía oídos sordos ante los gritos y los golpes. La que callaba y sonreía con una mueca torcida, cada vez que él le aseguraba que todo estaba bien.
Elevó la mirada y pudo ver el tenso sedal que atravesaba todo el comedor. Los elementos de pesca yacían en un costado de la habitación. Habían utilizado sus propias armas para asesinarlo.
-Hija de puta… -gimió con un hilo de aliento.
Se le acercaron con recelo, como si ellas tuvieran la garganta cercenada. La mujer evitó pasar por su lado. En cambio la niña, se desprendió de la mano de la madre y corrió hasta donde estaba el padre.
Se acercó lentamente a su rostro y sin elevar la voz, susurró:
“Lástima. Ya no vas a volver a pescar.”
Relato original de Bee Borjas.
Florence + The Machine. "Dog days are over" (Lugs, 2009)
(...)
La felicidad le golpeó como un tren en la vía,
directa hacia ella, aferrada, sin darse la vuelta,
se escondió por las esquinas, y debajo de las camas,
Lo mato a besos, y huyo de aquello,
con cada burbuja que sumergió con su bebida,
que se escurrió por el fregadero de la cocina.
Los días de perros ya han pasado,
los días de perros se han acabado,
llegan los caballos,
así que mejor correr.
(Estribillo 1):
Corre rápido por tu madre, corre rápido por tu padre,
corre por tus hijos, tus hermanas y hermanos.
Deja atrás todo el amor, el cariño a tus espaldas,
no puedes cargar con él si lo que quieres es sobrevivir.
(Estribillo 2):
Los días de perros han pasado,
los días de perros se han acabado,
¿Puedes oír los caballos?
porque aquí llegan.
Y nunca quise nada de ti,
excepto todo lo que tuvieras,
además de lo que también quedase después de eso, oh.
La felicidad le impactó como una bala por la espalda,
lanzada por alguien desde una gran altura que no debía haber aprendido.
(Estribillo 2)
(Estribillo 1)
(Estribillo 2)
Los días de perros han pasado,
Los días de perros han acabado,
llegan los caballos,
así que mejor huir.
.............
"En la venganza, como en el amor, la mujer es más bárbara que el hombre."
Friedrich Wilhelm Nietzsche (1844–1900), filósofo alemán.
Me encanta el video "primicelatpunk" la conción No conocia ya investigaré más.
ResponderEliminarEl relato... brrr.. da "gallinas en la piel"!!
Comparto la idea de Nietzsche. Las mujeres somos muy salvajes cuando nos pica cupido.. y mucho más si nos deja de picar...
gracias!!
Una grupo interesante con una cantante con una voz prodigiosa. Si buceas en la etiqueta de Florence... encontrarás más vídeos aquí.
EliminarY sí, en esto Nietzsche sospecho que estaba acertado.
Gracias Sergio, bucearé mañana que mi cupo de Búo ya se acaba ahora a las 2 ... voy dormir que luego no soy gente... ;)
ResponderEliminarmerci!
"La solidaridad es la ternura de los pueblos" dice Gioconda Belli...
ResponderEliminarPor solidario y generoso, te doy las gracias!
Para mí, es un honor que hayas publicado este texto en tu blog. Y con Florence como banda de sonido!!! Estupenda elección!
Adhiero como MUJER a la frase de Nietzsche
No hay como nosotras para el amor o para la venganza...
Qué bárbaras!!! ;)
Abrazo enorme, Sergio!
Tu amiga Bee.-
Amiga, Bee, en elevado concepto me posicionas cuando sin embargo realmente lo que ahogo es aprovecharme de tu talento.
EliminarSolidaridad y generosidad son otras cuestiones, el honor es mío.
Gracias de nuevo por el préstamo.
:)
odio la pesca!!! jaja... así que tuvo un buen fin el pescador je... salu2...
ResponderEliminarYa no picarán más, JLO.
EliminarHola Sergio, un relato impactante y que decir de la canción que has publicado que me gusta mucho y por supuesto Nietzsche. Fantástico.
ResponderEliminarUn abrazo
A ti por pasar, Rosa.
EliminarSólo diré: Florence, te quiero.
ResponderEliminarElla ya lo sabe, deWitt.
Eliminar:)
Existe otro maltrato más sutil y en ése las mujeres somos expertas. Un beso.
ResponderEliminarDicen, me cuentan, he leído, se sospecha, incluso he visto en películas, que parece ser así, susana.
EliminarMuy bueno, el relato. Curioso que el violento se relaje ejerciendo más violencia, esta vez contra los animales.
ResponderEliminarAhora que lo dices así es, Jota.
EliminarLa crueldad y la insensibilidad se cobraron su cuota. Partida-contrapartida, equilibrio restablecido, que no durará mucho. Bs.
ResponderEliminarCosas del karma, emejota, siempre he querido creer que así es.
EliminarMierda, qué escalofriante...
ResponderEliminarMucho, Darío.
Eliminarjoderrr!!! creo que cuandomenos lo esperas elkarma se cobra?
ResponderEliminarVaya, eso mismo acabo de comentar, Jo.
EliminarUn relato estremecedor, a cada cerdo le llega su San Martín, ojalá fuera cierto.
ResponderEliminarBesitos
Me consuela que sea así.
Eliminar¡Que triste es la historia!
ResponderEliminarQuizá el fatal desenlace torne el resto de la historia más feliz, quien sabe, M*.
Eliminarcada vez que oigo algún asesitano en la tv, se me ponen los pelos como escarpias.... tanto que indignada le digo a mi marido:
ResponderEliminartú! mira! el día que me des procura dejarme en el sitio, porque como me dejes con vida.... a partir de ese día tendrás que dormir con un ojo abierto porque pienso matarte, trocearte, meterte en una maleta y facturarte a La Habana, a casa de tu mamá!!!
Joer, cómo se las gastan en Cuba, Juana... dejémoslo en la broma, que me ha entrado un escalofrío.
Eliminarsergio, yo soy cordobesa!!
EliminarY Olé!!!
Eliminar...cómo se las gastan en Córdoba!!
:))
Excelente relato, nada fácil de enfocar por ser un tema "peliagudo", es original y con un buenísimo ritmo in crescendo. Estoy convencida de que quien la hace, tarde o temprano, la paga; donde la justicia del hombre no llega, la vida se encarga.
ResponderEliminarFelicito a la autora.
Te dejo un beso, Sergio.
Y en causas menores también creo que la vida juega su papel.
EliminarFelicitada sea Bee, VeraE, justo es el mérito.
No sé si conoceras a alguien de los jueveros, creo que sí... tal vez a Mª Jesús de Paradela, bien pues este grupo el jueves estaban convocados a escribir sobre la venganza, el ojo por ojo y sin duda, este relato de B. Borjas junto a tu elección musical y la cita forman un equipo perfecto y muy bien desarrollado, por tanto, enhorabuena a los dos :)
ResponderEliminarUn saludo
ps: iré a leer a Bee Borjas
Si algo reconozco es que tengo cierta habilidad para asociar la música con los temas que suelo tratar al que acabo encajando la cita, pero aquí el peso del éxito le compete a Bee. No te pierdas su espacio, Esilleviana.
Eliminar...y muchas gracias.
Brutal el relato pero muy bueno. Me ha gustado mucho. Nietzsche tenía mucha razón. Las mujeres somos muy sensibles y todo lo que quieras pero, a la hora de tomar represalias, siempre he pensado que podemos llegar a ser mucho más retorcidas.
ResponderEliminarLa canción admito que no la conocía y me ha gustado mucho. Siempre me desasnas en materia musical. Besos!!!
Jajajaj, el término desasnar me ha gustado.
Eliminar:)))
Me temo no estar de acuerdo -esta vez- con Nietzsche. Este verano he leído un libro sobre la conquista de América, masacres y demás venganzas y cada uno (hombres y mujeres) hacían lo que podían.
ResponderEliminarLo más terrible del relato es la frialdad de la niña, no quiero imaginar como se crece con eso.
Un beso.
¿Más terrible sería crecer en un ambiente sumiso y violento?, uf, difícil cuestión, Ana.
EliminarTerrible relato. Ojalá el hilo del sedal no haya dejado más huellas que las necesarias.
ResponderEliminarUn abrazo
Terrible, intenso y muy bueno ¿verdad, virgi?
EliminarSin palabras....
ResponderEliminarCierto una mujer piensa más las cosas, siempre puede ser mucho más cruel...
Terrible relato..
No sé si un hombre es más cruel, retorcido o bárbaro, lo que sí te confirmo es que no pensamos tanto, ni en esto ni en tantas otras cosas.
Eliminar:)
Wow! Es cierto, son más bárbaras, a mí me lo parece. Me encantan florece and the machine, gracias!
ResponderEliminarinma, me estoy empezando a asustar, menos Ana parece que ninguna lo desmiente.
Eliminar:S
Ufffff con razón lo de la pesca no me gustaba mucho... Un relato que estremece!!! Yo prefiero la patada en los huevos y hasta luego lucas ajjaja nada de asesinatos ;)))
ResponderEliminarPues no está nada mal la técnica Ceditas, rápido, menos drástico, desahoga y deja las cosas muy claras.
Eliminar;)
Muy bueno. Te felicito!
ResponderEliminarGracias, se las transmito a Bee, Carlos, autora genuina del relato.
EliminarEsto (y eso que mi entrada es posterior y no había visto esta todavía cuando la escribí) es también bastante desconcertante. No conocía esta canción ni el grupo pero me encanta. Besos
ResponderEliminarLa venganza es universal y atemporal, Lucía.
EliminarEste lo comente...pero no me salio el comentario, a ver ahora xD.
ResponderEliminarEl pescador de rencores seria este. escalofriante relato. el vídeo no me gusta pero la música si.
Ya salió, Luisa.
Eliminar;)