Has sido y eres una lección de vida, de principio a fin, una referencia. Siempre has sabido bebértela a grandes tragos y paladearla al tiempo, exprimirla como te ha venido en gana. Todo un personaje y mejor persona; gozas de experiencias que te han hecho un hombre extraordinario, de excesos, superlativo, crítico, honesto, magnético, apasionado, fiel a lo tuyo y a los tuyos, gran amante de tus amigos y devoto adorador de tu amada esposa.
De ser que la suerte exista siempre has sabido ganarle la baza, sin trampa ni cartón, de frente como era tu costumbre y la elegancia del galán intemporal que siempre has sido, más por tu estilo y conversación que por el porte. Reconozco con sana envidia que no viviré suficientes vidas ni siquiera buscando aliados con los que sumar experiencias como para llegar a arañar lo que te has llevado a la espalda con tanta intensidad: Viajero, eterno aprendiz, inquieto, tuviste el privilegio de formar parte del mundo del
cine cuando más brilló, lo que fue un regalo para tu inagotable curiosidad y conocer el mundo, varias veces, y poder compartir mesa y andanzas con multitud de celebridades, cuando un rostro reconocible en las revistas y la farándula eran cuestiones de fondo bien distintas.
Sobrevino la gran crisis del cine y con ella una progresiva readaptación vital, sucesivos cambios hasta que ya próximo a la jubilación encontraste tu sitio en una pequeña localidad próxima a
Denia. El lugar idóneo para hacer reposar al guerrero, del sabio, el ejemplo práctico de poder y saber disfrutar de idéntica manera y con igual pasión de una bandeja de ostras en Normandía y de un huevo frito, mucho más sí eran dos, y de disfrutar leyendo al sol, al fin de cuentas es el mismo sol.
Culto y cultivado no podías concebir que en ese pueblo menudo no se leyera algo más que los periódicos deportivos y perseveraste en querer cambiarlo. Así, partiendo de un tórrido y mugriento local de la
viejas escuelas fuiste poblándolo de libros mediante donaciones con una colección suficiente como para provocar curiosidad e interés en los vecinos. Convenciste, solicitaste subvenciones hasta lograr hacer construir un amplio y cómodo local anexo al nuevo ayuntamiento, con nuevos volúmenes, nuevo mobiliario y nuevos olores. De sagaz aventurero a orgulloso
bibliotecario de la biblioteca más equipada y completa de la zona, oficio que era compatible con soportar una tediosa concatenación de enfermedades, todas ellas graves, como si hubieran estado acechando a que tu natural rebeldía bajara la guardia. Aún así desafiabas a la muerte, los pronósticos y a la medicina año tras año, día a día, instante a instante, aferrado a la vida, con ironía y humor. Humor a la vida y amor a la vida, y con ánimo de repetirme: toda una lección de vida, en cada instante.
Las despedidas casi siempre cuentan con la esperanza del reencuentro, pero bien sabía yo que mi visita del pasado fin de semana no contaba con esa oportunidad. Tantos años sufriendo, muchos, probablemente demasiados, pueden con cualquiera, ni las estrellas cinematográficas exhiben tanta fortaleza hasta la última exhalación.
No te conozco enemigos, quizá antipatías puntuales de seres mezquinos que igual lo sienten por todo y todos y más por quienes demuestran saber vivir, no por lo que tienen sino por lo que disfrutan. Aún así el mundo llora la marcha de
Don Miguel.
Descansa
tío, tuyos son los besos que mereces... todos.
Fin de sesión.
Buenas noches.
Nuovo cinema Paradiso (
1988)
...............
"La vida es más sencilla que todo eso... no la jodas".
Miguel López Llerena, mi tío Miguel (1934-14 de mayo de 2013).