En cualquier relación afectiva (amistad, familia o amor) los hechos, las palabras y los sentimientos, se componen de dos polos muy opuestos: la verdad o la mentira. O eso pensamos.
La verdad se compone de honestidad y sinceridad, además de afirmar las cosas como realidades. La mentira se compone de falsedad, e indica que hay ocultación de realidad de forma parcial o total.
¡Que doble moralidad tenemos entre manos!
¿La vida de verdad, se puede reducir en verdades o mentiras? ¿Por no decir algo de tipo personal, que solo te afecte a ti, y que no desees contar al resto; mientes? ¿Se puede polarizar todo en la vida desde estas dos vertientes?
La vida nos presenta diferentes jugadas, batallas que debemos vencer, o muchas veces negociar, y que nos otorga drásticas decisiones que tomar. Nuestra sociedad nos dice una y otra vez, que lo correcto es decir la verdad en cualquier caso, a pesar de hacer daño al otro... pero ¿de veras que eso es correcto? ¿Siempre debemos de contar la verdad? ¿No es negativo provocar dolor al otro contándole una verdad, por muy socialmente aceptado que esté?
En cualquier ámbito de la vida, evidentemente, es mucho mejor contar las verdades, sobre todo si afectan a los demás de alguna u otra manera. Aquí no hago apología de la mentira ni mucho menos, pero creo que la sociedad nos ha impuesto algo verdaderamente cruel, distinguir la vida solo en verdades o en mentiras.
Muchas veces, contar verdades solo justifica sanar tu conciencia, hacer daño, provocar una situación estresante, o incluso, perder algo significativo para ti... y realmente, ¿para qué?
Se supone que cuando desvelamos una verdad, debe de haber una especie de medalla a la sinceridad clara, pero no... muchas veces nos encontramos, con furia, desagrado, o distancia, y la conexion karmica, nos comenta que las cosas nos irán de mal en peor.
Crear todo en blanco o negro, 0 o 1, mentira o verdad; solo provoca estrés psicológico, ya que muchas veces, debemos guardarnos ciertos "secretitos" que son muy personales para nosotros, y que el resto no tiene por que saber, y no empeñarnos en dar a los demás todo de nosotros, cuando no tenemos por que hacerlo, ni además, contar todas nuestras verdades.
Seamos sinceros, si contáramos todo aquello que nos ronda en la cabeza, todos los pensamientos, sentimientos, sensaciones o hechos ocurridos, nadie o casi nadie, estaría de acuerdo al 100% con ello. Al vivir en sociedad, queremos que todo vaya bien, queremos sentirnos integrados, e inevitablemente, si queremos que ésto suceda, todas las verdades no pueden soltarse tan a la ligera.
Si hablamos, respecto al amor, mayor es la evidencia. Si contamos todo aquello que siempre pensamos, perderíamos una y otra vez nuestra relación. Sencillamente, pensemos, que si tenemos cualquier pensamiento, ya sea sexual o sentimental, o incluso de algún aspecto cotidiano; puede que a nuestra pareja no le siente bien, y entonces crearíamos una situación dolorosa... entonces... ¿para que hacerlo? ¿por que tener que contar todo lo que nuestra cabeza siente y piensa?
Quizá la verborrea verdadera solo nos cause, en muchísimas ocasiones, dolor, desesperanza, y además malestar general. Repito no es apología de la mentira, pero creo que hay una linea demasiado fina entre lo que es ámbito personal y ámbito publico, por llamarlo de alguna manera. Las personas muchas veces exigimos saber todo del otro, y no conlleva siempre algo positivo. Una cosa es conocer al otro profundamente, y otra es querer saberlo todo, hasta la extenuacion.
La doble moralidad de la que hacemos gala en nuestra sociedad, es cruel, y a mi juicio invencible, porque si nos fijamos un poquito, suele ocurrir, que cuando vemos una situación ajena sobre verdad o mentira, que a nosotros no nos afecte, juzgamos sin piedad a la persona mentirosa, catalogándola de lo "peor" y descendiéndola hacia el infierno de las criticas continuas. Pero si somos nosotros... ¡ja! ya la cosa no es igual, lo vemos desde otra perspectiva, buscando excusas del exterior que justifiquen el hecho.
Pues no, buscar continuamente esa verdad y además, criticando a los demás, que eligen un camino, a veces acertado, no ayuda a una buena convivencia y empatía, todo lo contrario. Debemos comprender que en la vida, nuestros pensamientos y sentimientos son practicamente únicos, y que si muchas veces nos los contáramos TODOS, lo único que provocaríamos seria enfrentamientos varios, y nos podríamos vivir empaticamente.
El manejo de la empatía, el razonamiento, la comprension, y por supuesto la verdad y la mentira son claves para saber vivir la vida de una manera mas sana, sin tanta complicación, y aceptando que nadie es como el de al lado, que cada uno tiene su visión y sus pensamientos, que debemos respetar y no juzgar, y que los caminos no son tan "blanco y negro" sino muy grises, y que en esa paleta tan variada, debemos movernos, y saber elegir lo adecuado de cada momento... de manera publica y privada.
.....................
Autora original:
ónica (M*), de "El Vaso de Mónica", un blog amigo en el que surgió la propuesta de colaborar en relación al mismo concepto, cada uno con su particular estilo.
Ahí encontraréis mi personal versión, mi irónica visión y su banda sonora. Confío que hayáis disfrutado con la idea, con nuevos e interesantes contenidos que podáis encontrar y con todo lo que venga.
:)
"Disculpen si les llamo caballeros, pero todavía no les conozco bien." (Groucho Marx)
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Sencillamente un espacio terapéutico donde reflexionar, debatir y compartir con cierta ironía, y a quien le pueda interesar, mi percepción de la vida a través de reflexiones al más puro estilo personal, aderezadas con buena música -y letra traducida, a veces de forma libre-. Nada o todo de lo aquí publicado responde a la casualidad, ...¿O sí?. Las casualidades NO Existen.
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Es cierto que no se debe mentir, pero tampoco decir una verdad tan cruel que pueda dañar, el tema es la culpa que nos han querido engendrar desde niños. Ningún extremo o exceso es bueno.
ResponderEliminarMuy buen texto, me ha gustado!
Un beso.
Hay un fragmento de J. Derridas que me encanta: "
ResponderEliminar"La verdad, en su nombre maldito nos perdimos, en su nombre solamente, no por la verdad misma, si acaso existiera, sino por el deseo de verdad que nos arrancó las "confesiones" más aterradoras, tras las cuales quedamos más alejados que nunca de nosotros mismos, sin acercarnos ni un paso a verdad alguna".
Un beso
Jacques Derrida
Estoy de acuerdo contigo, sobre todo en que "los caminos no son tan blancos y negros, sino que hay muchas tonalidades de grises". Y te lo dice una que a veces es muy radical eh (porque pienso que en algunas cosas sí hay que decantarse por un blanco o un negro), pero es cierto que no siempre hay que decir absolutamente todo lo que se piensa.
ResponderEliminarYo me considero abanderada de la honestidad y la sinceridad, pero realmente cuando es necesario. Muchas veces, decir lo que pensamos (como tú indicas) queda en nuestra esfera privada, no hay por qué compartirlo. Amén de hacer un "daño" innecesario.
Yo por ejemplo a mi padre (que ha pasado lo suyo) hay cosas que no le digo para evitarle preocupación o bien se lo digo a toro pasado cuando yo ya las he resuelto.
Sin embargo, hay gente que el hecho de no hacer daño lo utiliza más bien en el sentido de salirse uno con la suya; me refiero más bien al tema sentimental donde mucha gente no va de frente "para no hacerte daño". No chato, no lo haces para así salir tú beneficiado (imagino que sé a lo que me refiero).
Y bueno, este tema da mucho para hablar y no me quiero extender, creo que con tu entrada estaremos la mayoría de acuerdo.
Un beso
Cansada de besar sapos
http://frog-tired.blogspot.com/
Si se trata de herir a alguien mejor ni mentir ni decir la verdad, sobretodo si no es una verdad útil, puesto que como dices la verdad en ocasiones solo la decimos para callar nuestra conciencia.
ResponderEliminarAmi me gusta dejar un espacio propio, ni verdad ni mentira, el otro u otros no tienen porque saberlo todo, porque? es nuestro espacio.
Si se trata de políticos, para eso se les paga, para decir la verdad puesto que ni espacio intimo ni puñetas, es un curro.
Tenemos unas cabecitas que funcionan todo el día, no podemos estar contando nuestras verdades a todas horas. Yo no mezclaría decir la verdad con ser sincero, se puede ser sincero : mira eso son cosas mías ( por ejemplo) y a otra cosa mariposa, también tiene su puntito el misterio :)
La vida tiene tantos colores como personas habitamos este mundo, lo que hay que hacer es no hacer daño :)
ResponderEliminarBesicos
Como en casi todo, todo es relativo.
ResponderEliminar¿Quien pone la frontera entre hacer daño o no? Para cada persona las fronteras son propias, en ese caso, para al que una "verdad" puede ofender, para otro es misma "verdad" no es ofensiva. En fin, mucho que pensar y que hablar.
Particularmente pienso que no hay que ser tan "francos".
Besos.
me encanto la entrada!!estoy de acuerdo en que no hay que contar todo siempre es bueno tener con nosotros mismos nuestro propio secreto nadie tiene por que saber todo de ti ni siquiera tu pareja yo lo veo asi me sentiria expuesta ante todo el mundo por que como dices no todos somos iguales ni pensamos lo mismo!
ResponderEliminareso si hay verdades que hacen daño pero creo que es mejor decirlas por que a la larga terminaran convirtiendose en un gran problema con esa persona hay que saber que verdades decir es verdad por que hay verdades que decirlas no nos llevan a nada sino a terminar perdiendo o haciendo daño pero hay otras que aunque hagan daño es mejor decirlas por el bien propio o el de la persona implicadA!
bss
Yo entiendo que los secretos no son mentiras ni verdades, forman parte de la vida de uno en tanto en cuanto no todo se puede compartir con el otro.
ResponderEliminarLa verdad o la sinceridad me parecen valores fundamentales, pero al contrario que tú, opino que esta sociedad nos impulsa a todo lo contrario, a mentir en todos los aspectos. Yo observo falsedad en las imágenes continuamente retocadas; en la información de prensa totalmente subjetiva y manipulada, en las relaciones sociales y en todos los órdenes de la vida si lo analizamos...
Opino que la verdad, a la larga, siempre es beneficiosa, aunque sea molesta o duela al principio.
También hay muchas maneras de decir las cosas:)
Besos reflexivos:)
Hay que verse en situación para actuar en consecuencia, y ni así muchas veces se acierta.
ResponderEliminarDecía William James: 'No hay mayor mentira que la verdad mal entendida'.
Buen día
Muy "cierto" tu comentario: la verdad no existe, la relidad si.
ResponderEliminarPienso que lo verdadaderamente importante es el sentido común y el respeto a los demás y a nosotros mismos, honestidad.
No creo que sea mentir omitir la realidad cuando con ella vas a herir, por ejemplo, omitir una enfermedad a un familiar que vive a un montón de kms de tí, cuando sabes que pronto sanarás y que dándole esa información "innecesaria" va a sufrir, por poner un ejemplo.
Lo dicho, respeto y mas respeto
Besos
Yo he escrito varias veces sobre la mentira, o sobre los distintos tipos de mentiras que existen, también creo que a vecs la sinceridad absoluta está sobrevalorada.
ResponderEliminarUn beso.
decir las verdades a la cara no es lo mismo que escupirlas, desde luego. hay que tener la suficiente madurez emocional para valorar las distintas situaciones, honestidad en el tacto, no como en el famoso chiste de eugenio: "tu abuela se ha subido a un árbol"
ResponderEliminarNo estoy de acuerdo en que la sociedad nos invite a decir VERDAD, más bien pienso que es lo contrario. Los mentirosos triunfan por doquier.
ResponderEliminarMe gusta mucho más la palabra HONESTIDAD que VERDAD.
Hay que ser honestos/sinceros, en primer lugar con nosotros mismos, pues si nos mentimos, fracasaremos con cualquier proyecto de vida en común, con cualquier amistad, y provocaremos situaciones muy INJUSTAS.
Pienso que, aunque duela, hay que decir la verdad, puesto que la otra persona implicada SE LO MERECE. Tenemos que conocer con quien convivimos, y si empezamos ocultando temas importantes, mal vamos.
Hay "tonterías", cosas "sin importancia" que para qué compartir... pero lo que ha sido de relevancia en nuestra vida, desde luego, la otra persona debe de conocerlo, pues de lo contrario es un ENGAÑO en toda regla.
Ahora bien, ¿PONER UNA MEDALLA AL QUE DICE LA VERDAD?? Perdona, decir la verdad es SER HONESTO, en primer lugar con uno mismo, y en segundo lugar, con la otra persona implicada.
Si de verdad ( valga la redundancia ) esa persona te importa, debes de comunicarle lo que sea, pues tiene DERECHO a saber, para poder ELEGIR, a partir de ese momento qué va a hacer con su vida, y qué relación va a seguir manteniendo contigo.
Desde el momento que ocultamos las cosas, es que sabemos que a la otra persona no le van a gustar y, entonces, por mal camino vamos.
Yo me pregunto, ¿qué sentido tiene estar con una persona a la que no le contamos todo lo que nos importa, nos afecta, nos preocupa...??
Pienso que es una falta de CONFIANZA total no compartir las cosas importantes con tu pareja.
Para eso, mejor no estar.
Pero insisto, primero seamos sinceros con nosotros mismos. Me parece que es lo fundamenal
Ante todo Sergio, un texto muy muy bueno. Yo lo que verdaderamente veo cruel, es que jueguen contigo, manejen nuestros sentimientos al libre albedrío, sin contar el daño que nos puedan hacer...que seguramente sea muchísimo más del que creen.
ResponderEliminarLas cosas no se pueden forzar, y la vida es como es, ni más ni menos, pero que te llevas sorpresas muy desagradables también es verdad...y cuando una persona...lo da todo...eso es lo malo. Yo últimamente creo más en la mentira...o en las medias verdades, lo puedes llamar como quieras, decepciones que se lleva una...
Entiendo lo que dices, no todo es blanco o negro, están los grises, quizás sea mi personalidad, pero soy de las que pienso...o estás conmigo o sin mi...no me gustan las medias tintas...por mucho que sea un gris oscuro, en la vida hay que tomar decisiones, sí o sí...y no estar mareando la perdiz de mala manera...
Un besote Sergio.
No es que sea partidaria de la mentira, pero me gusta omitir datos para no hacer daño...qué coño, a veces ¡me encanta mentir!
ResponderEliminarDecir la verdad es muy bonito y moral, pero hay veces que es necesario mentir, no por uno mismo sino por el otro, ademas puede ser divertido incluso, es mi opinión.
ResponderEliminarSaludos
ya que se hace mencion al karma, sistema en el que deposito toda mi fé...
ResponderEliminar¿como actua este cuando dices la verdad pero haces daño? y ¿cuando mientes para evitar dolor?
me limito a tener una vision muy simple de la vida y que ella le ponga sus complejidades; "no hagas nada,que no te gustaria que te hicieran"..asi de facil me manejo..xD
PAZ
decir la verdad si, pero con tino, con diplomacia...algunas verdades duelen tanto... q buena reflexion la de hoy!!!
ResponderEliminarCreo que en determinados temas, es conveniente posicionarse, dejar claro lo que pensamos para que los demás sepan a que atenerse con respecto a nosotros.
ResponderEliminarNo se puede estar siempre subiendo al tiempo que bajamos, o pa un lado o pa otro.
Para decir la verdad, o decir "nuestra" verdad hay que hacer un ejercicio de valentía y arriesgarnos a que "nos quieran" sabiendo nuestros límites.
Después está el decir lo pensamos en todos y cada uno de los momentos con respecto a la nimiedad más insignificante cuando incluso podemos molestar de modo gratuito y cuando ello, no aporta nada.
En resumen, decir la verdad cuando ésta nos afecta o afecta a la relación con los demás de modo que consideremos fundamental. Teñir o disfrazar verdades que pueden resultar desagradables y que no son básicas para nosotros.
un beso
Estoy de acuerdo en que no se puede reducir todo a una dualidad verdad-mentira que nunca va a funcionar en lo práctico. Las relaciones humanas son muy complejas, y lo más importante es encontrar un entendimiento que está por encima de esas clasificaciones que nos vienen impuestas desde fuera, y en las que, en realidad, muy pocos creen.
ResponderEliminarFrancamente me he quedado sorprendida gratamente, de la cola que ha dado este tema.
ResponderEliminarMuchas gracias a tod@s por colaborar leyendola, sois geniales, dais mucho con un simple comentario. Gracias.
Y... cada uno puede interpretar su papel en esto del cero y el uno... pero no hay que equivocarse... no todos pensaran igual, y problablemte, cuando en la practica haya que ponerse serio, y se este implicado en una u otra parte... no todo es tan sencillo, y el momento y el lugar deben de ser los adecuados para otorgar esa verdad... no siempre acertada, ni aunque la otra persona se merezca eso... Aun asi, no se trata para nada de confianza, hay esferas privadas que nunca debemos violar, secretos para nosotros, detalles, anecdotas, mil cosas que no tienes por que compartir, simplemente... es tu vida, no tiene por que estar TODO compartido...
Gracias de verdad.
Y a ti tambien, Sergio, eres genial
:)
Bueno, no estoy muy convencido de que haya quedado del todo claro, pero la culpable de todo este lío, la responsable del contenido de estas líneas, favorables, de vuestra simpatía o no, no es otra que M* de El Vaso de Mónica.
ResponderEliminarHa sido una colaboración interesante y divertida, confío en que haya gustado a todos los lectores de esta bitacora, habituales, accidentales y venideros. No opinaré sobre comentarios ni daré mi propia percepción; mi enfoque, versión y punto de vista lo encontraréis allí, en su espacio, aunque pronto se publicará con banda sonora incluida por estos lares :).
Solo adelantaré una cosa que dice mi querida suegra (sí, habéis leído bien, he escrito QUERIDA, y de corazón): "...Eso puede ser VERDAD y no haber sucedido". Y tiene más razón que un santo.
¡Gracias a tod@s por participar!
:)
Una vez le pregunté a una médica cómo manejaban la información que había que dar a los pacientes, cuando había que decirles "esto y lo otro y le quedan tres meses", etcétera. Me dijo, "a mis pacientes les digo lo que me preguntan, que suele ser lo que están dispuestos a oír aunque no siempre". A mí esa explicación me ha sido muy útil. Bien es verdad que no suelo hacer preguntas casi nunca por no decir nunca. Eso por un lado. Por otro lado, no tolero bien que se me hagan preguntas, puesto que suelen ser indiscretas. Así que con quitar las preguntas ya despejamos mucho el problema. Como se suele confundir la sinceridad más gratuita con la transparencia y el buen corazón verdaderos, tiene la sinceridad un aura de prestigio tan inmerecida como la que para mí tienen la coherencia y la ironía. Por ejemplo, el asesino de Düsseldorf era un asesino en serie y era muy coherente, por lo que sus últimas palabras públicas fueron: "Dígame, cuando me hayan decapitado ¿podré oír siquiera un momento el ruido de mi propia sangre saliendo del cuello?". Bajo la fina capa de la ironía casi nunca se encuentra otra cosa que no sea tóxica. Si la hay yo no la vi. Pero yendo a lo que iba: la virtud de decir la verdad sin traicionarla y sin herir es tan rara que casi es mejor resguardarse en la duda (otra noción sobevalorada) y sin ser líquidos ser modestos. No hay que tener prisa en hablar.
ResponderEliminarPara acabar, que ya me estoy extendiendo demasiado: siempre me impresionó que Gandhi le dedicará -según su propia autobiografía- apenas unos minutos a su higiene corporal, pero cada vez que se limpiaba la boca lo hacía consagrándole no menos de 20 minutos.
Anda, vaya, yo había dejado un comentario y no está. Bueno, es igual. En resumen creo que se hace más daño con las mentiras que con las verdades.
ResponderEliminarAh, por cierto, que me gusta la nueva cabecera. Y el Arte.
ResponderEliminarSí, Marta, tu comentario y algún otro, además de mis contestaciones, se han ido a tomar por blogger como consencuencia de los inconvenientes que alteraron a esta solución de bitácoras de google, parece que aqui nadie es infalible. Por desgracia se han perdido algunos comentarios que fueron escritos entre el día 12 y el 13. Las entradas sí se han recuperado, pero no lo más valioso que son las opiniones.
ResponderEliminarLa tuya recuerdo que contaba la anécdota de la higiene corporal y bucal de Gandhi y el tiempo invertido, entre otras cosas... me gustó, no lo sabía (acertado, por otra parte).
No sé si al final se grabó el comentario o se perdió pero ahora al repasarlo no lo veo. Lo que dije más o menos era que estaba de acuerdo en eso que mencionaba Konoka de que lo primero es ser honesto y sincero con uno mismo, aunque lo malo de ello es quien se convierte en un mentiroso patológico hasta consigo mismo. Abrazo.
ResponderEliminarJohnny Dibud soy de la misma opinión que Konokay tú que lo verdaderamente interesante es ser honesto con uno mismo, y a partir de ahí, articular todos tus actos.
ResponderEliminarQuisiera recordar, pues quizá no haya quedado del todo claro en este post, que la ÚNICA RESPONSABLE del contenido de lo hoy publicado es M* ( o Mónica) con quien acordé intercambiar opiniones sobre la misma idea cruzando los posts en nuestros respectivos blogs. Por ese motivo y en esta ocasión, no expreso mi opinión respecto a cada uno de los comentarios escritos al respecto. Yo ya lo escribiré en mi propia versión.
Gracias por todas vuestras opiniones.